Masaje infantil: beneficios, ¿cuándo y cómo?

Relajación, mejor digestión, conexión padre-hijo, mejor sueño... El masaje infantil tiene muchos beneficios. Pero entonces ¿cuándo y cómo hacerlo? ¿Qué se debe evitar? Charlie Crane te lo explica todo. ¡Namaste!
¿Cuáles son los beneficios de un masaje para bebés?
¡Hay muchos de ellos! Aquí está la lista:
- Ayuda a desarrollar lazos de apego padre-hijo a través de la cercanía y complicidad del momento.
- Entrena la comunicación no verbal: el masaje requiere escuchar a tu bebé para saber si los movimientos que realiza le agradan o no.
- Relajación: es un auténtico momento de relax para el bebé pero también para el padre.
- Mejor calidad de sueño y vigilia gracias a la secreción de melatonina, la hormona del sueño.
- Ayuda a reducir el estrés que pueda sentir el bebé.
- Mejora la digestión, alivia cólicos y gases.
- Estimula y mejora la circulación sanguínea.
¿En qué condiciones?
Elige un lugar amplio y cómodo para ambos: cambiador NOGA, cama de los padres, colchón, manta de juegos TAMI… La idea es crear un nido en el que estaréis preparados para disfrutar del momento. Recuerda quitar cualquier anillo o pulsera que pueda lastimar a tu bebé.


¿Cuánto tiempo debe durar el masaje?
Calcule unos veinte minutos, a un ritmo de 3/4 repeticiones por movimiento. Tenga en cuenta que esto es sólo una indicación. El masaje se adapta a las reacciones de tu bebé. ¡A veces tu masaje sólo durará 5 minutos!
Como habrás comprendido, masajear a tu bebé tiene muchos beneficios, tanto desde el punto de vista físico como emocional. Sobre todo, tómate tu tiempo y adáptate a tu hijo; Debería ser un momento divertido para ambos.
¿A partir de qué edad puedo darle masajes a mi bebé?
Puedes empezar con los masajes desde los primeros días, probando movimientos poco a poco. La ventaja de comenzar temprano es que se establece una rutina que su hijo disfrutará incluso a medida que crece: cuando alcanzan alrededor de los 10 meses de edad, los bebés están más alertas y, en general, menos concentrados. ¡Tenga en cuenta que los masajes se vuelven un poco más complicados cuando su bebé puede darse la vuelta!

¿Qué tipo de aceite debo utilizar?
Lo ideal es elegir aceites vegetales orgánicos, vírgenes, prensados en frío y sin fragancia. El aceite de colza es especialmente adecuado para la piel del bebé. Puedes mezclarlo con aceite de girasol y aceite de linaza que contienen mucho Omega 3.
Evite los aceites oleaginosos (almendras dulces, karité, oliva, etc.) ya que pueden ser alergénicos para la piel de un niño pequeño. Si solo tienes este tipo de aceite a mano, no existe ninguna prohibición formal, pero asegúrate de que la composición sea 100% aceite.
No escatimes en la cantidad de aceite para que el masaje sea más placentero.
¿Cuando realizar el masaje?
Asegúrese de que su hijo esté dispuesto a recibir un masaje: será menos receptivo a las comidas si tiene hambre, justo después de la digestión o si tiene sueño.
¡No dudes en parar y empezar de nuevo más tarde si ves que no está receptivo!
El masaje se ofrece y se detiene bajo petición. Haz pruebas en distintos momentos para ver cuál le sienta mejor.
¿Qué movimientos debo realizar?
En primer lugar, el ritmo del masaje vendrá dictado por la reacción del niño.
Puedes empezar por los pies para probar la tolerancia de tu bebé.
Intenta mantenerte siempre en contacto con él y observar su comportamiento para ver si los movimientos le resultan agradables (sorpresa, asombro, etc.).
Utilice ambas manos para realizar movimientos circulares grandes desde la ingle hasta los dedos de los pies para liberar la articulación. Puedes alternar con movimientos rotatorios.
Utilice ambos pulgares para aplicar un poco de presión debajo del arco del pie y entre los dedos.
Muévete hacia la pelvis y haz pequeñas rotaciones antes de subir hacia el área abdominal. Masajee el abdomen en el sentido de las agujas del reloj y aplique una suave presión con la palma de la mano al ritmo de la respiración del bebé.
Estos movimientos ayudan a aliviar gases, cólicos, etc. ¡Efecto casi inmediato garantizado!
Gire a su bebé apoyando su barriga sobre su antebrazo y haga movimientos hacia adelante y hacia atrás sobre su espalda. Tenga cuidado, los bebés más pequeños pueden no aceptar esta posición: si es el caso, no insista y vuelva a intentarlo más tarde.
Para la parte superior del cuerpo, imite los mismos movimientos que para la parte inferior estirando los brazos y girándolos. Estimula la palma de la mano con los pulgares: esta zona proporciona mucha relajación al bebé.
Si deseas masajear la cara, puedes comenzar desde la base de la nariz, entre las cejas, y masajear hasta las orejas. Disfrutarán siendo estimulados debajo de los ojos, desde los labios hasta las orejas y en la barbilla.
El cráneo es una zona sensible para los bebés menores de un año, ¡así que evítalo!
El equipo de Charlie Crane